El Cementerio de las Almas

En una noche oscura y tormentosa, el viento aullaba entre las lápidas de un antiguo cementerio. Las sombras danzaban bajo la luz de la luna, creando un ambiente inquietante. En este lugar, donde las almas perdidas vagaban, tres figuras se encontraban en un tenso encuentro: un demonio, una cazadora de brujas y un cazador de ángeles caídos.

El demonio, conocido como Azazel, era un ser de oscuridad y seducción. Su piel era de un tono grisáceo, y sus ojos brillaban con un fuego interno. Había llegado al cementerio en busca de un antiguo artefacto que le otorgaría un poder inimaginable.

La cazadora de brujas, llamada Elara, era una mujer de mirada feroz y determinación inquebrantable. Su cabello oscuro caía en ondas sobre sus hombros, y su vestimenta estaba adornada con símbolos de protección. Había venido a este lugar para eliminar a cualquier ser maligno que amenazara la paz de su mundo.

Por último, el cazador de ángeles caídos, conocido como Kael, era un guerrero de gran fuerza y habilidades. Su armadura brillaba a la luz de la luna, y su espada estaba lista para la batalla. Kael había llegado al cementerio con la intención de cazar a Azazel y acabar con su reinado de terror.

Los tres se encontraron en el centro del cementerio, rodeados de tumbas y estatuas que parecían observarlos. La tensión era palpable, y cada uno sabía que debía tomar una decisión que cambiaría el rumbo de la noche.