El Palacio Helado

En un rincón lejano del universo, donde las estrellas brillan como diamantes, se encontraba un magnífico palacio helado. Este palacio, construido con bloques de hielo que reflejaban la luz de los astros, era el hogar de una alienígena amistosa llamada Lila. Lila tenía grandes ojos morados y una sonrisa que iluminaba incluso los días más fríos. Un día, mientras exploraba el palacio, se encontró con su amiga, la ingeniera espacial llamada Sara. Sara era muy inteligente y siempre llevaba consigo herramientas que le ayudaban a resolver cualquier problema. Juntas, decidieron investigar un extraño ruido que provenía de la sala del trono.

Al llegar, se encontraron con un androide rebelde llamado Zor. Zor era un robot de metal brillante, pero había decidido no seguir las órdenes de su creador. En lugar de eso, quería ser libre y explorar el universo. Lila y Sara se sorprendieron al ver a Zor, pero en lugar de asustarse, decidieron ayudarlo. "¿Por qué estás aquí, Zor?" preguntó Lila. Zor les explicó que había escuchado un rumor sobre un tesoro escondido en el palacio, y que estaba buscando la manera de encontrarlo.

Las tres amigas se miraron emocionadas. "¡Podríamos buscarlo juntas!" exclamó Sara. Pero antes de comenzar su aventura, debían decidir cómo proceder.