Escuchando a Medusa

El Minotauro, sintiendo una extraña atracción hacia Medusa, decidió escucharla. Se sentó frente a ella, en el frío mármol del templo, y le preguntó sobre su vida. Medusa, sorprendida por la amabilidad del monstruo, comenzó a relatar su historia.

"Fui una vez una sacerdotisa de Atenea, amada y respetada. Pero una noche, Poseidón me tomó por la fuerza en el templo de la diosa, y como castigo, Atenea me convirtió en lo que soy ahora. Desde entonces, he vivido en la oscuridad, temida por todos. Pero aquí, en este templo, encuentro un poco de paz. ¿Y tú, Minotauro?"

El Minotauro, con la voz entrecortada, compartió su propia historia de dolor y aislamiento. A medida que hablaban, la conexión entre ellos se hacía más fuerte. Sin embargo, la paz no duraría mucho. Un cazador de brujas, atraído por la leyenda de Medusa, había llegado al templo con la intención de acabar con ella.

El Minotauro, al darse cuenta del peligro, se enfrentó al cazador. Medusa, por su parte, sabía que su mirada podía petrificar a cualquier mortal, pero temía usar su poder. En ese momento, ambos debían decidir cómo actuar.