La Canción para las Hadas

Lúcio decidió ofrecerles una canción a las hadas. Con su laúd en mano, comenzó a tocar una melodía suave y alegre. Las hadas, encantadas, comenzaron a bailar y a cantar junto a él. La música llenó el aire de alegría y color.

Al terminar la canción, las hadas, agradecidas, le dijeron: "Tu música ha traído felicidad a nuestro hogar. Te recompensaremos con un regalo". Con un gesto mágico, le dieron a Lúcio un pequeño frasco con polvo brillante que podría ayudarles a encontrar la Cascada Mágica.