Robo del Tesoro

Robo del Tesoro

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Alaric, impulsado por la codicia, decidió tomar el tesoro por la fuerza. Se lanzó hacia el cofre dorado, pero el anciano goblin se interpuso en su camino. "¡Detente!", gritó el goblin, pero Alaric no escuchó.

Al abrir el cofre, una trampa se activó, y una lluvia de piedras cayó sobre él. Eldrin, horrorizado, gritó: "¡Alaric, retrocede!". Pero ya era demasiado tarde. El tesoro se convirtió en su perdición.

Alaric aprendió de la manera más dura que la codicia puede llevar a la ruina. Mientras se retiraban de la cueva, se dio cuenta de que el verdadero tesoro no era el oro, sino la amistad y el conocimiento que había adquirido en su aventura.

¡Fin!