El Lago de los Deseos

En un rincón olvidado del mundo, donde la niebla se entrelaza con los árboles y el canto de las aves se mezcla con el murmullo del agua, se encontraba el Lago de los Deseos. Este lago, rodeado de leyendas, era conocido por conceder un deseo a aquellos que se atrevían a acercarse a sus aguas. Sin embargo, no todos los que lo visitaban regresaban con su deseo cumplido.

Una tarde, mientras el sol comenzaba a ocultarse, una niña llamada Elena decidió aventurarse hacia el lago. Tenía un deseo en su corazón: encontrar a su hermano desaparecido. Con cada paso que daba, sentía que la esperanza y el miedo se entrelazaban en su pecho. Al llegar a la orilla, se sorprendió al ver a un joven de aspecto misterioso, con piel pálida y ojos que brillaban como estrellas en la oscuridad. Era Lucian, un vampiro que había estado observando el lago durante siglos.

Elena, aunque asustada, se acercó a él. "¿Eres un espíritu del lago?" preguntó con curiosidad. Lucian sonrió, pero su mirada era profunda y melancólica. "No soy un espíritu, pero he venido aquí por un deseo también. Sin embargo, el lago no solo concede deseos, también revela verdades ocultas. ¿Estás lista para enfrentar lo que encuentres?"

Elena asintió, decidida a descubrir el destino de su hermano. Juntos, se sentaron en la orilla y miraron las aguas brillantes. De repente, el lago comenzó a brillar intensamente, y una voz resonó en el aire: "¿Qué desean?". Elena sintió que su corazón latía con fuerza. Tenía que decidir: ¿pediría encontrar a su hermano o desearía que Lucian pudiera ser libre de su maldición?