Hablando con el Dragón

Aric decidió que hablar con el dragón era la mejor opción. Se acercó lentamente y le dijo: "No venimos a pelear, solo queremos entenderte". El dragón, sorprendido por su valentía, se calmó y les contó su historia. Había perdido su hogar y se había refugiado en la cueva, asustando a los aldeanos sin querer.

El rey, conmovido, le ofreció al dragón un lugar en el reino. "Puedes vivir con nosotros y ser nuestro protector", dijo el rey. El dragón, agradecido, aceptó la oferta y prometió cuidar del reino. Desde ese día, el dragón se convirtió en un amigo de los aldeanos, y todos aprendieron que la comprensión y la amistad son más poderosas que el miedo.