Confiar en la Mujer de las Hierbas

Sir Hugo decidió confiar en la mujer de las hierbas. Regresó a su puesto y le dijo: "Creo que el cristal verdadero es el que brilla con luz propia, como tú dijiste." La mujer sonrió y asintió. "Tienes buen ojo, joven caballero. El cristal que buscas está justo aquí."

La mujer le mostró un cristal que brillaba intensamente en un hermoso color verde. Sir Hugo lo tomó con cuidado y se sintió aliviado. "Gracias, señora. Ahora puedo ayudar a Lady Elara con su poción."

Con el cristal en mano, Sir Hugo se dirigió a la casa de Lady Elara. Cuando llegó, ella sonrió al verlo. "¡Has traído el cristal!" exclamó. Juntos, comenzaron a trabajar en la poción mágica. Después de un rato, la poción brilló con un resplandor dorado, y ambos se sintieron felices de haber logrado su objetivo.