Cueva del Troll

Elena y Fernando decidieron ir directamente a la cueva del troll. Caminando por el sendero, se sintieron un poco nerviosos, pero la valentía de Elena los impulsaba a seguir adelante. Al llegar a la cueva, escucharon un ruido fuerte y un eco que resonaba en el aire.

"¿Estás seguro de que esto es una buena idea?" preguntó Fernando, mirando la oscura entrada. "Debemos intentarlo", respondió Elena con determinación. Entraron en la cueva y, de repente, se encontraron cara a cara con el troll. Era grande y tenía una mirada triste en sus ojos.

"¿Qué quieren?" gruñó el troll. Elena, temblando un poco, dio un paso adelante. "Hola, somos Elena y Fernando. Hemos venido a hablar contigo. Los aldeanos están asustados, pero creemos que hay una razón detrás de tus acciones". El troll los miró con curiosidad. "¿Por qué deberían importarme?"

Elena pensó rápidamente. Podía decirle que lo entendían o que querían ayudarlo. Pero, ¿qué debería elegir?