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Arquero, nervioso, decidió no arriesgarse y buscar otra salida. La anciana, decepcionada, les dijo: "El miedo puede ser un enemigo, pero también un maestro. Regresen cuando estén listos". Salieron del laberinto, pero sabían que tendrían que enfrentarse a sus miedos en el futuro.

Con el tiempo, Arquero y Fuego aprendieron que la valentía no significa no tener miedo, sino enfrentarlo. Se convirtieron en grandes héroes, ayudando a otros a superar sus propios miedos y a encontrar la fuerza en la amistad.