Regalo para el Troll

Elena y Fernando decidieron llevar un regalo para el troll. Buscaron en el mercado y encontraron una hermosa piedra brillante que podría alegrar su día. Con el regalo en mano, se dirigieron a la cueva del troll.

Al llegar, el troll los miró con desconfianza. "¿Qué quieren?" preguntó con voz grave. Elena, sosteniendo la piedra, dijo: "Hola, somos Elena y Fernando. Hemos traído esto para ti. Esperamos que te guste". El troll miró la piedra y, por un momento, su expresión se suavizó.

"Nunca nadie me ha traído un regalo antes", murmuró. Fernando aprovechó la oportunidad y dijo: "Queremos entender por qué has estado asustando a los aldeanos. Tal vez podamos ayudarte". El troll, sorprendido por su amabilidad, se sintió un poco más abierto. Pero, ¿deberían preguntarle directamente sobre su tristeza o contarle sobre su amistad con los aldeanos primero?