Las Ruinas del Reino

Las Ruinas del Reino

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En un reino olvidado por el tiempo, donde las leyendas susurran entre las piedras desgastadas, un duende llamado Fintan se aventuraba por las ruinas de un antiguo castillo. Su curiosidad lo había llevado a explorar los secretos que yacían en la penumbra. Mientras tanto, el rey Alaric, un monarca noble pero algo arrogante, había decidido visitar las ruinas para buscar un antiguo artefacto que, según se decía, otorgaba poder ilimitado. Acompañado de su leal sirviente Elena, se adentraron en el lugar, sin saber que sus caminos se cruzarían de manera inesperada.

Fintan, al ver a los humanos, se escondió tras una columna rota. Observó cómo el rey y su sirviente discutían sobre la leyenda del artefacto. "Si encontramos el artefacto, podré restaurar el reino a su antigua gloria", decía Alaric con determinación. Elena, siempre cautelosa, le advirtió: "Pero, mi rey, ¿y si el artefacto es peligroso?". Sin embargo, el rey estaba decidido a seguir adelante.

En ese momento, Fintan decidió que era el momento de intervenir. Se acercó sigilosamente y, con un toque de magia, hizo que una piedra cayera cerca de ellos. Alaric y Elena se sobresaltaron y miraron a su alrededor, buscando la fuente del sonido. Fintan, sintiendo que había captado su atención, decidió revelarse. "¡Hola, humanos! Soy Fintan, el duende guardián de estas ruinas!". Alaric, sorprendido, le preguntó: "¿Sabes algo sobre el artefacto?".

Fintan, viendo la ambición en los ojos del rey, se sintió dividido. Podía ayudarles a encontrar el artefacto, pero también sabía que el poder podía corromper. Así que les ofreció dos opciones: "Puedo guiarlos hacia el artefacto, pero deben prometerme que lo usarán para el bien del reino. O, si prefieren, puedo llevarlos a un lugar seguro y evitar que caigan en la tentación del poder".

¿Qué camino eliges?